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CORTE DEL BRAZO EN UN DÍA DE NIEVE

Bodhidharma, conocido como Daruma-San en japonés, vino desde la India hasta China después de haber viajado durante tres años. Las enseñanzas de Shakyamuni Buddha habían sido transmitidas de maestro a discípulo, como agua que se pasa de un recipiente a otro, sin derramarse. La Lámpara Dharma había pasado de Shakyamuni a Mahakashapa, a Ananda, y finalmente a Bodhidharma, el número veintiocho dentro de la sucesión.

Su espíritu intrépido necesitaba partir hacia tierras extrañas en una época en la cual los medios de transporte no estaban aún desarrollados, una empresa que un hombre ordinario en edad avanzada que cuide su cuerpo y su vida ni siquiera pensaría emprender. Pero esta es en verdad la noble práctica de los Budas, quienes desean desde el fondo de sus corazones compasivos transmitir con fé la Verdad y salvar a los seres que viven con falsas creencias, y a los seres sensibles.

El emperador Wu de Liang se enteró de la llegada de Bodhidharma a Kwangchow el 21 de septiembre de 520, y envió un emisario a invitarlo a lo que es actualmente Nanking. El emperador preguntó a Bodhidharma: “Durante todo este tiempo he construído templos, copiado sutras y dado mi apoyo a monjes y monjas. “¿Qué tienen de bueno en estas cosas?”.

Bodhidharma le respondió, secamente: “¡Nada! “.

Esto decepcionó mucho al emperador Wu, quien esperaba una respuesta favorable.

La mente superficial de la gente común hubiese dictado alagar al emperador pero Bodhidharma, quien había prometido salvar a los seres que viven con falsas creencias y a los seres sensibles, no tenía la menor intención de alabar ni de comprometerse con nadie.

Al conocer al emperador Wu, quien era llamado “El Hijo de la Mente de Buda en el Paraíso”, Bodhidharma se dió cuenta de que no era más que un budista fanático en busca de beneficios temporales. Bodhidharma entonces cruzó el río Yangtze y entró en el país de Wei, estableciéndose en el Templo Shao Lin en donde practicó el zazen durante nueve años, sentado frente a una pared. La gente de la zona se refería a él como “El brahmán que mira a la pared”.

Un nueve de diciembre un monje en formación llamado Shen-kuang (Shinko en japonés) vino en busca de Bodhidharma. Las montañas estaban cubiertas de una espesa capa de nieve y Shen-kuang tuvo que abrirse un camino para poder llegar al fin hasta la pared de Bodhidharma. La noche de invierno en el alto tope de la montaña era tan fría que hasta las articulaciones del bambú crujían y parecía imposible permanecer afuera; aún así, Bodhidharma ni siquiera se volteó a mirar. Shen-kuang permaneció quieto toda la noche, sin dormir, sentarse ni descansar. La nieve que se acumulaba llegó hasta su cintura, sus lágrimas se convirtieron en cuentas de hielo y sus ropas se congelaron pegadas a su cuerpo de tal forma que si alguien le hubiese tocado habría pensado que se trataba de un trozo de hielo. Todo su cuerpo estaba rígido por el frío, pero la mente que busca el Camino estaba ardiendo, brillante.

or fin, cuando la noche empezaba a dar paso al amanecer, Bodhidharma volteó a mirarle y preguntó: “Has estado esperando bajo la nieve durante mucho tiempo. ¿Qué es lo que quieres?”.

“Hay algo que quiero pedirte. ¡Por favor ten piedad de mí y muéstrame las verdaderas enseñanzas budistas!”.

Pero la respuesta de Bodhidharma a las fervientes súplicas y las lágrimas de Shen-kuang fué más fría que el hielo. “La enseñanza de Buda es algo que se busca a riesgo de la propia vida. Es una pérdida de tiempo que una persona ignorante y de poca virtud busque las enseñanzas de Buda sin prestar la debida atención y de manera engreída”.

Al oír esto Shen-kuang hizo su resolución aún más fuerte. Tomó una espada afilada con la cual cortó su brazo izquierdo a la altura del codo y lo ofreció a Bodhidharma.

Bodhidharma se dió cuenta de que este mismo Shen-kuang era una persona que merecía heredar las enseñanzas, y le permitió convertirse en discípulo.

Fue así como Bodhidharma se convirtió en el primer patriarca de Zen chino, y Shen-kuang (conocido más tarde como Huike, o Eka, en japonés) se convirtió en el segundo.

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